Castro
Después de que La Cuadra cerrara sus puertas en 1901 uno de sus acreedores, José Castro, se asoció con un banquero de la localidad catalana de Vic, el Sr. Gironés, y fundó la sociedad J. Castro en Comandita. Fábrica Hispano Suiza de Automóviles. El término Hispano Suiza era debido a que Marc Birkigt, hasta entonces director técnico de la desaparecida La Cuadra, formaba también parte de esta sociedad y como era de nacionalidad suiza se incluía esta denominación en deferencia a él. También contaron con la colaboración de D. Félix Palet Carrió, natural de Vilafranca del Penedés (Barcelona) que ocupaba el puesto de jefe de taller, cargo en el que siguió, a las ordenes de los señores Castro y Birkigt.
Castro se quedó con las instalaciones y el personal de La Cuadra, y en 1903 sacaron un nuevo automóvil con motor bicilíndrico y 10 HP de potencia, que utilizaba una caja de cambios de cuatro velocidades, algo inaudito en aquel entonces. Otras soluciones totalmente innovadoras fueron el radiador tipo nido de abeja y la bomba de agua. Estos coches tuvieron una buena aceptación por parte del público.
Posteriormente Birkigt diseñó un 14 HP muy similar al 10 HP, del cual también se vendieron algunas unidades, si bien no las esperadas.
Este último fue presentado al público el 22 de noviembre de 1903 en una excursión a Montserrat para donde partieron del Autogarage Barcelona. El coche invirtió sólo dos horas y media en el regreso a Barcelona. La revista Los Deportes hizo eco de aquella pequeña aventura: "El viaje fue felicísimo y demostró que una marca de fabricación nacional de automóviles, compitiendo con las mejoren marcas extranjeras sin ninguna clase de ventaja, puede compararte a ellas. Un novel "chauffeur" da de mano a la dirección de esta máquina de producción nacional, y aun siendo la primera vez que guía un automóvil por carretera, encuentra su manejo tan sencillo como el de una bicicleta."
Con Castro se repitió la historia de La Cuadra, la gran inversión que suponía construir uno de estos vehículos por aquellos tiempos, y el poco capital de que disponía la empresa, provocaron que en marzo de 1904 la sociedad se declarase en suspensión de pagos después de haber vendido cuatro coches de 10 CV y uno de 14 CV, que adquirieron los señores clientes Seix, Mateu, Simó, Cera y de nuevo Seix.
Sin embargo, la etapa finalizada con esta empresa significó el estudio de nuevas soluciones y avances que luego serían la base de la más grande (tanto en importancia como en medios) casa constructora de España, y una de las más importantes de su tiempo en el Mundo: La Hispano Suiza.