CEYC
El CEYC (Centro Electrotécnico y de Comunicaciones) ya venía desarrollando cierta actividad automóvilística consistente en la construcción de camiones protegidos, que era como se denominaba a los vehículos especiales blindados que se construían sobre chasis de camiones comerciales. Entre 1921 y 1925 el CEYC construyó 23 blindados sobre chasis de camiones Federal americanos, Benz alemanes y Latil franceses.
En 1922, al frente del CEYC estaba el Coronel José Tafur Funes, que animado por el Capitán de Ingenieros Juan Antonio Hernández Núñez, decidió llevar adelante el diseño y construcción de un pequeño automóvil que pudiera servir de enlace para el Ejército.
El Capitán Hernández fué el diseñador del vehículo y puso especial énfasis en que fuese lo más sencillo posible de construir y de mantener, reduciendo al máximo el número de piezas, para lo cual desarrolló un motor bastante singular. El coche fué presentado a las autoridades militares en 1923 y al público en el III Salón del Automóvil de Barcelona de 1924 en un stand del CEYC.
Inicialmente el propio CEYC produjo una primera serie de 100 unidades para uso militar, ámbito en el que el coche era conocido coloquialmente con el apodo de Juanito.
Pronto empezaron a verse rodar por las polvorientas rutas de Marruecos llevando a bordo a los oficiales al frente de diversos convoyes. También era frecuente verlos en los desfiles militares.
En el Salón del Automóvil de Barcelona de 1925 el CEYC fue presentado de nuevo, pero ya mucho más dotado de accesorios. Ese mismo año, su diseñador el Capitán Hernández, firmó un contrato con la Compañía Euskalduna de Bilbao, para que se hiciera cargo de la fabricación y comercialización del coche para uso civil del público en general, desde su fábrica de Villaverde en Madrid. La fabricación sin embargo se realizó en las instalaciones de la Sociedad Española de Construcciones Metálicas de Madrid, con la que Euskalduna tenía un contrato. El nombre comercial para uso civil pasó a ser CEYC-Euskalduna, o simplemente Euskalduna, reservándose el nombre de marca CEYC para las unidades con destino militar.
La organización de la producción se hizo con el máximo cuidado y estandarización de componentes con el objetivo de reducir costes. El lanzamiento comercial realizado en 1925 y la excelente acogida por parte del mercado permitían augurar un futuro muy prometedor.
Los primeros problemas llegaron en 1927 cuando Euskalduna y la Sociedad Española de Construcciones Metálicas de Madrid cancelaron el acuerdo de colaboración y la producción del coche tuvo que ser trasladada a los Talleres Enrique Traumann, de Chamartín, Madrid, donde se fabricaron las últimas 600 unidades, prácticamente la mitad de las 1.160 que se habían construido entre 1925 y 1927, sin contar las primeras 100 unidades fabricadas en el CEYC para uso militar.
En 1927, en el V Salón del Automóvil de Barcelona, había dos stands, el del CEYC y el de Euskalduna, que presentaba una versión cerrada y otra abierta de este coche y más dotado de accesorios que la versión militar. A pesar de su doble presencia, con una fuerte campanya publicitaria que insistía en que era un coche proyectado y diseñado en su totalidad por ingenieros españoles, la compañía Euskalduna, que también tenía a su cargo la comercialización del coche, no fue capaz de vender la totalidad del stock de coches producidos, teniendo que saldar las últimas 108 unidades, que fueron compradas en subasta por Joaquín Gil. Algunas de esas 108 unidades fueron matriculadas a principios de los años 1930.
Entre 1929 y 1931 el Capitán Hernández Núñez proyectó un nuevo automóvil de media potencia y seis plazas, que bautizó con el nombre de Diana. Este automóvil estaba equipado con un motor de cuatro cilindros y cuatro tiempos de 14 hp y 2.270cc. Solo se construyó un prototipo, realizado en los Talleres de Automovilismo Militar, donde prestó servicio durante muchos años.