Huracán
Huracán Motors S.A. fue fundada en Barcelona por el Sr. Durán Valet el 30 de abril de 1956, con la intención de fabricar triciclos, motos y velomotores. Empezó su andadura con un capital inicial de 1.500.000 pesetas y el objetivo de producir tres vehículos diarios, maquinaria y materias primas nacionales.
Sus productos jugaban la baza de la robustez y la fiabilidad, lo que lograban gracias a los más que suficientemente probados motores Hispano Villiers en las diferentes cilindradas de 125, 197, 250 y 325 cc, dependiendo del uso al que fueran destinados.
A los primeros motocarros y una moto de 1956, les sucedieron otros modelos más atractivos y una microfurgoneta de tan sólo 3,1 metros de longitud, denominada F-197, apareció en 1957. Las formas de la F-197 recordaban (salvando las distancias) a la popular DKW, con cuatro ruedas, una caja de cambios de tres velocidades y propulsada por el conocido 6M de Hostafranchs.
Tuvo muy poco éxito y se construyeron escasas unidades.
En 1957 dos motocicletas comerciales Huracán tipo Delux de 197 cc estrictamente de serie, terminaron la dura prueba de las 24 Horas Motociclistas de Montjuich, recorriendo en 24 horas más de 1.600 km cada una.
En 1958 la producción se trasladó a unas amplias naves de la calle Almogávares nº 122-124, de donde acabarían saliendo la mayor parte de las más de 2.000 unidades construidas por la empresa.
En la Feria de Muestras de Barcelona de ese mismo año, Huracán presentó el Minicar, un bonito cochecillo diseñado por el ex-piloto de motos y también fabricante de las motocicletas Alpha, Nilo Masó Miró. El diseño estaba muy logrado, estaba dotado con el eterno motor Hispano Villiers de 197 cc de cilindrada con cuatro marchas adelante y una atrás y se aprovechó alguna de las soluciones ya empleadas en la F-197, pero las aproximadamente 60.000 pesetas que costaba estaban demasiado cerca del Seat 600, esto y las trabas que puso la Administración a la comercialización de este bonito ejemplar lo condenaron a no fabricarse en serie.
Retomando la idea de la poco exitosa microfurgoneta F-197 de 1957, en 1959 fue concebido otro vehículo de características similares, pero de líneas más futuristas, denominada F-323. Este nuevo vehículo, concebido para el transporte, tenía cuatro velocidades hacia delante y carrocería de corte más moderno, pero se quedó en prototipo y no pasó a la fase de fabricación.
La presentación al año siguiente del T-1.000, un triciclo tractor para pequeño semiremolque apto para 750 kg de carga, y la favorable acogida de la Motofurgoneta M-202, un motocarro de aspecto simple pero atractivo, hicieron olvidar el proyecto Minicar, por lo que casi con seguridad sólo se llegó a fabricar el prototipo exhibido en la Feria. La evolución del mercado hacia otro tipo de vehículos (utilitarios y turismos de gama media, así como modelos comerciales o furgonetas derivadas de ellos) hizo que la firma cerrara sus puertas en 1965, tras haber desarrollado inclusive algunos karts destinados a las pistas de alquiler y competición de varias cilindradas.